A Tale of 12+1 Warlords: Punto de Control 6 Alianza Destruction

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¡Madre mía cómo viene Destruction en el último Checkpoint! ¡Atiendeeeee!

Alianza Destruction Punto de Control 6

Mommel

El figura de Mommel se ha pasado los últimos Checkpoints anunciando en privado que no llegaría ni por asomo, pero parece ser que todo se trataba de una estrategia muy bien hilada para desmotivar al resto mientras terminaba sus minis de tapadillo.

¡Bien jugado Mommel! Un genio de la estrategia que nos regala una banda memorable de Ironjawz.

¡Extraordinario! Echad un ojo al resto de su galería, pocas fotos pero mucha tela que cortar:

Eso sí claro, Mommel no nos iba a dejar sin el último capítulo de la historia de sus Orruks:

Cuando Chez Ramzi entró en el campamento de Baksi, se formó un gran revuelo. Los tres grandes trolls, junto con otros trolls que se habían unido en su viaje de vuelta, cautivados por la idea de poder matar unos cuantos humanos y por el pintoresco orco que los encabezaba, se dirigieron directamente a la tienda del Gran Jefe Maestro, Baksi. Los trolls aún dudaban de la fuerza de los orcos, en especial de ese Baksi, del que habían oído hablar de boca del descerebrado chamán.

Baksi se encontraba sentado en un gran asiento hecho de armaduras abolladas y rotas de forma que fuesen más o menos cómodas; junto a él había un pintoresco ser, con runas y marcas caóticas, casi tan ancho como alto, que no lo era mucho. Al verlos entrar, la reacción de Baksi, que los trolls esperaban, al menos, de asombro, fue enarcar una ceja, o bueno, al menos el lugar donde debería de estar… La voz aguda de Ramzi rompió el silencio de la tienda.

¡Ilustrísimo y magnífico Baksi!¡Soy un pez!

Un profundo suspiro de agotamiento salió del Gran Jefe Baksi, mientras negaba con la cabeza y apoyaba la frente en su mano en tono abatido.

¿Pero qué dicez? ¿Qué zon eztoz zeres que traez? ¡Apeztan!

¿Eh? ¿Quién? –Ramzi miró a su bastón-, ¡ah! Ya claro… ez verdad, los pecez grandez… ¡ejem! Zon pecez Jefe.

¡NO SOMOS PECES! – el molesto bramido del troll sobresaltó a Ramzi, que hizo tintinear sus cuentas y huesecillos como si fuese una maraca.

¿Ah no? ¿Y entoncez?

¡Somos trolls!

¡Ah! Zon trollz jefe. Para matar humanoz.

¡Ja! Zi matar humanos quieren, ezte ez zu lugar, ¡bienvenidoz!

Jum… estamos encantados de ser parte de tu ejército si con ello podemos matar humanos, pero, ¿qué es esa cosa que hay a tu lado?

Un Enano del caoz. Noz atacaron hace unos días, penzaron que no terminaríamos a tiempo de pintar nueztraz armaduraz mágicaz… y ze equivocaron. Ahora loz uzamos para Baksiar. Zentiroz librez de ir por el campamento; hablar con Mizkel Azkel para daroz armaduraz.

Con un escueto gesto de cabeza, los trolls se retiraron.

Necesitaremoz maz orcoz Chez; hemoz vizto que otros enanoz zin runaz, hordaz del caoz, elfoz con hojaz en la cabeza muy feoz… todos van a ayudar o matar humanoz también, ¡pero Gran Jefe Maeztro ha de vencer!

Uhm… no preocupez. Antez de irme preparé un equipo especial, que dejé haziendoze fuertez en el Ramzi Fitnez, ¡voy a por elloz!

Ramzi salió y se dirigió a una tienda grande de la que salía un olor nauseabundo y se oían gruñidos y golpes metálicos constantemente. Dentro había una multitud de orcos enormes, de abultados músculos, que levantaban pesadas armaduras, algunas de ellas con enanos del caos dentro. Con cada movimiento, sus venas se hinchaban hasta casi estallar y sus gruñidos y vítores llenaban la tienda.

¡Fantáztico chicoz! Ha llegado la hora de que oz prepareiz para el Gran Jefe Maeztro Baksi. Tomad, ¡tomad! Aun no zoiz lo zuficientemente grandez, ¡tomad!

Ramzi empezó a repartir pócimas de colores a todos, que llamaba Lacazitoz. Sin preguntas, empezaron a beberse sus contenidos y siguieron levantando sus pesados objetos. Algunos empezaron a sudar copiosamente y, por momentos, a hacerse aún más grandes. Lo que ya antes era un orco más fuerte de lo normal, ahora era más alto, grande y brutal que antes. La risa aguda de Ramzi resonó entre los gruñidos y ruidos metálicos.

¡¡Ja jaaaaaaa ahora zii ahora ziiiii!! Loz Lacazitoz funcionan, funcionan! Ahora todoz a ver al jefe, y vozotroz, ¡tengo unos jabaliez que esperan jinetez!

El Gran Jefe Maeztro Baksi quedó muy contento con lo que Ramzi le llevó. Aquellos orcos enormes y brutos serían perfectos, y por fín habían dado uso a esos jabalíes glotones que Ramzi había creado aquel día. Sin duda, todo aquello serviría de ayuda para la gran batalla final que se libraría a las puertas de la Capital Humana, donde parecía que todos se disputaban el honor de saquear y matar a sus ocupantes, exceptuando los elfos y enanos claro, que se habían aliado con ellos para impedir la carnicería.

Dos días después las hordas de Gran Jefe Maestro Baksi estaban reunidas frente a la imponente fortaleza. Una imponente fuerza naranja y verde preparada para librar su batalla final. Sin embargo, allí estaban reunidos los enanos de Gryndal Pielhierro, Mariabi del bosque Tronki, las fuerzas caóticas de Saru el Oscuro… sin duda la situación se tornaba difícil para Baksi, que tendría que acabar con las fuerzas caóticas y después asaltar una fortaleza en la que había 3 ejércitos para defenderla. Decidió atacar primero las fuerzas caóticas de Saru el Oscuro, que se dirigían ya hacia él y sus fuerzas. Sus orcos estaban nerviosos, e incluso el mismo Chez Ramzi parecía preocupado, ya que, aunque por supuesto acabarían con los caóticos, sin duda sufrirían bajas y no sabían si podrían tomar la última fortaleza. Sin embargo, Baksi, estaba muy tranquilo, sonriendo, y tamborileando con sus dedos sobre su gran hacha de guerra. El viento soplaba suave y levantaba hojas secas entre los dos ejércitos, tan cerca unos de otros que podían verse las caras, los dientes y las fieras miradas. Al toque de cuerno, el caos se lanzó a la carga. Baksi mantuvo la mano en alto, sus ansiosos orcos esperando su señal. Con un gesto hacia Ramzi, este hizo lo que, sin mediar explicación, Baksi le había ordenado: lanzó una sarta de rayos multicolor al cielo, que llenó de surrealismo una escena que se antojaba sangrienta y terrible.

El suelo retumbaba bajo los pies de los caóticos, que estaban a menos de 100 metros de Baksi, cuando de pronto un cuerno resonó en el flanco caótico. De la suave pendiente de la colina emergieron a cientos, ¡a miles! Una miríada de orcos de armadura negra, con un gran estandarte ondeando en el que se leía “Gran Jefe Nork”. Cargaban frenéticos contra el desprotegido flanco caótico, que sorprendido, frenó la carga y se preparó para hacer frente a la sorpresa. De pronto, camuflados en los arbustos, un montón de goblins emergieron de la nada y empezaron a arrojar redes sobre los sorprendido caóticos, que vieron como recibían la carga inmovilizados. Apareció allí el señor del caos Saru, diezmando a las tropas del Gran Jefe Nork, pero entonces un rugido en el aire anticipó la llegada de su caudillo, que aterrizó con su gran Sierpe alada sin preocuparse de si lo que aplastaba eran amigos o enemigos.

Baksi envió entonces a sus fornidos orcos en jabalí contra el flanco reposicionado del caos, diezmándolo. Acto seguido cargaron sus chicos duros, con Orrako Pavarrokki cantando sus hazañas mientras abrían una terrible brecha en las filas titubeantes del caos. Con la balanza claramente inclinada a su favor, Baksi redirigió sus fuerzas hacia la fortaleza. Parecía una locura asaltarla con el ejército dividido, pues las murallas eran gruesas y perderían muchos orcos antes de poder pasarlas. Los elfos, enanos y humanos allí reunidos esperaban confiados desde las murallas. Baksi se adelantó y levantó su hacha, emitiendo un rugido atronador. Los defensores sonrieron: antes de llegar a la muralla habrían muerto la mitad, y ese estúpido orco debería de saberlo. Sin embargo, un atronador rugido resonó en respuesta en la lejanía, un rugido aterrador que nadie esperaba. El suelo retumbó como si mil trolls cargaran al unísono, pero lo que apareció no fueron trolls, si no un enorme ogro que parecía pequeño al verse subido sobre un gigante mamut. Y tras el, muchísimos ogros más, aterradores, cargaban enloquecidos contra las murallas, blandiendo enormes armas, tan grandes o más que los propios elfos, hechas de metal y de la madera de sus propios bosques.

Baksi pudo oír el tintineo de las lanzas elficas al temblar de miedo cuando el Mamut atravesó la muralla como si fuera una empalizada de madera. El Jefe Ogro Berak Comeentrañas aplastaba con su montura a los defensores como si fuesen hormigas. Sin embargo, Tronki, el gran árbol, se lanzó contra él en una lucha igualada y los duros enanos de Gryndal Pielhierro frenaron el ímpetu inicial de los ogros. Era, pues, el momento de la verdad, y Baksi se lanzó a la carga seguido de sus tropas más duras, la élite de la élite. Una lluvia de flechas los recibió antes de llegar, pero Ramzi desencadenó una serie de rayos mágicos de colores que hizo que las flechas fueran desviadas, la mayoría lejos de sus objetivos. Llegaron a la brecha hecha por los ogros y entraron en tropel, como una marea incontenible que arrasaba todo a su paso. Baksi, el Gran Jefe Maestro, golpeó con humanos a elfos, con elfos a enanos, con enanos a humanos… y toda otra combinación posible. Aunque fue un duro combate, finalmente salieron victoriosos y la resistencia fue aplastada: la gran y sorprendente alianza de la destrucción había triunfado sobre las demás. El Gran Jefe Maestro Baksi, el Gran Jefe Nork y el Déspota Ogro Berak Comeentrañas, habían puesto final a cientos de años de orden. Se acordó entonces que, gracias a la gran maniobra estratégica de Baksi, este pasaría a ser ahora el Magnífico e Ilustrísimo Gran Jefe Maestro Baksi, quien reinó durante décadas sobre las civilizaciones inferiores…

Apéndices de la historia del Ilustrísimo y Magnífico Gran Jefe Maestro Baksi y la batalla de Vololand.

Muy currada la historia donde además nos cuenta cómo encajan el resto de Warlords. Le ha salido redonda la jugada a Mommel. El auténtico ‘Daviz Muñoz’ de la escalada (por la estrategia, claro), ha hecho todo lo que había que hacer para ganar. ¡Y más!

Sí que lo ha jugado bien el chaval, sí.

¿Conseguirá su objetivo final?

Nor

El bueno de Norberto ha acabado hasta el mismísimo pepino de tanto goblin. ¡Pero lo ha conseguido!

¡Enhorabuena Nor!

Genial trabajo que luce increíble en su totalidad. ¡Qué pasada!

La verdad es que es una banda genial, tiene de todo. Otro genial candidato para representar a Destruction. ¡Cómo se ha puesto la cosa!

Nor, ¡12 points!

¿Pero alguien de verdad daba un duro por Nor? ¡Ja! ¡Os equivocasteis!

Bueno, esos eran los 12 de Portugal, aparte de esos nunca nos caen más…

¡Ostras pues siendo de Ferrol ya le tiene que joder!

Berek

Y aquí es donde llega lo bonito de la escalada. ¡Berek da la sorpresa en el último minuto!


¡Ha terminado de pintar sus Ogors!

…………

¡Espera un momento! (¡Para la cintaaaaa!)

Vamos a verlo de nuevo.

Chacho, este ángulo ligeramente diferente no aclara nada.

Veamos los detalles pues.

Ah sí, aquí creo que se aprecia mucho mejor.

Voy a por mis gafas de lejos.

¡Berek nos ha trolleado!

Un momento, ¿los trolls no eran cosa de Mommel y Nor?

Vale, ¿’Rick-Trolleado’?

Dejémoslo en ‘Berek-trolleado’.

Mucho mejor así, dónde va a parar.

Berek se desmarca con su banda de Ogors “terminada”

Oye, nadie dijo en las normas si tenía que estar todo pintado o si se podía usar pintura de dedos.

Eso es verdad. Minipunto para la voz en off.

Al menos ha terminado.

Ajá.

Lucas

Y la noticia más dolorosa para los acérrimos seguidores de la Historia de los 12+1…
¡Lucas fuera!

El niño prodigio, el genio de la masilla, el que vive en una piña debajo del mar… ¡nos ha dejado con la miel en los labios!

Veamos qué malísima excusa nos cuenta para justificarse:

¡Holaa!

Bueno, pues ya está. Solo quería disculparme, cuando me comprometo con algo me gusta cumplir, pero en este caso se juntaron muchas cosas (demasiadas) que me han hecho imposible acabar la escalada. 🙁

Aprovecho para dar la enhorabuena a mis compañeros, tanto los que han acabado como los que no, porque ha sido una experiencia fantástica.

Aunque ya fuera del reto, prometo acabar este ejército, así que en lugar de decir adiós, diré hasta muy pronto!

Lucas

Oye, se ha disculpado el chico y todo. Qué educación, qué ‘savoir faire’… ¡si es que hasta para fracasar es único! ¡Y nos deja unos sneak peeks de lo que pudo ser y no fue!

Dice que acabará la banda con más tiempo… deseando estamos, ¡porque menuda pasada!

¿Habrá tenido algo que ver la manida estrategia de Mommel para desanimarle?

Eso sí, a ver qué hacemos ahora con todas esas bragas mojadas que nos enviaron a la redacción tras su desbarre en el Checkpoint 3.

Que se haga una edición limitada con ellas, ¡seguro que la agota entera!

Y hasta aquí el viaje de los chicos de Destruction. Tremendo el trabajo de Mommel y Nor. Una pena las bajas de Berek y Lucas que no han podido llegar al final.

Pero que Berek ha terminado también, ¡melón!

Ah sí, ¡perdona!

No te preocupes, yo también he dudado por un momento.

¡Y no os desconectéis todavía de la Historia de los 12+1 porque aún falta la gran final donde podréis votar a vuestro Warlord favorito de entre los que han conseguido llegar al final! (Pero dejad de enviar bragas por favor porque a Lucas no le podréis votar… ¡que hubiera terminado!).

¡Muy pronto! ¡Y con más novedades que aún es pronto para comentar!

¡No quepo en mí de la emoción!

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Pintor, escultor y gran entusiasta de las miniaturas, desde 2005. Apasionado de la comunidad, de eventos y convenciones, premiado en numerosas competiciones de todo el mundo, ingeniero, devoto del arte, profesor y jurado en concursos. ¡Concentrado en difundir lo que hacemos en el mundo de la miniatura!

4 Comentarios

  1. Agggggg, maldito Lucas, lástima que no acabase su ejército. espectacular la pintura de Mommel. Y se agradece el trabajo de los demás compañeros de la destrucción (incluso el de Berek).

  2. Noooooooooooooooooooooooo!!!!!!!!!!!!!
    Si lo digo pronto Lucas, pero no, no te voy a mandar mi ropa interior…
    Creo que era uno de los ejércitos más esperados …

    Geniales siguen siendo los naranjas de Mommel (pero que me pasa si yo soy de azules y entre este y Armando…)

    Insisto en que me gusta mucho el ejercito de Nor, me recuerda mucho a los ejércitos de cuando empecé en este mundillo, y de nuevo valorar el número de miniaturas.

    Y Berek… pues no sé… creo que no nos ha mostrado realmente de lo que es capaz…

  3. Muy grandes los chikoz, con un final muy español, con dos de orgullo torero, ole los orruks de Mommel y la horda goblin de Nor, una de picaresca (sí, Berek, va por ti), y una de artistazodelalecheconlamasilla al que le da la pájara( búho en su caso) y no puede cumplir los plazos(por favor Lucas, seremos buenos, acaba tu ejército; que si hay que tirar ropa interior se tira, aunque siempre me ha parecido poco higiénico).
    Se os agradece a todos el trabajo que os habéis tomado pintando y exponiendo vuestro trabajo, con esos tutos tan chulos que habéis compartido, y enhorabuena a los que habéis acabado.

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